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ANTONI GAUDI

Nacido en el seno de una familia de caldereros, se trasladó a Barcelona para estudiar arquitectura, disciplina en la que se graduó en 1878. Inicialmente colaboró en algunos despachos de renombrados arquitectos de la época (con José Fonseré proyectó la cascada, las rejas metálicas y las puertas del parque de la Ciudadela de Barcelona), antes de abordar en solitario el proyecto de la Cooperativa Mataronense, un ambicioso complejo del que sólo se llevaron a cabo la fábrica y un quiosco de servicios.
En 1883 fue nombrado arquitecto del templo expiatorio de la Sagrada Familia, la obra que ocupó toda su vida y que se considera su principal realización artística, a pesar de que quedó inconclusa y sin un proyecto bien definido. En los primeros años, se ocupó de la construcción de la cripta (1883-1891) y el ábside (1891-1893) y compaginó su trabajo en el templo con diversos encargos civiles, como la villa denominada El Capricho, en Comillas, o la casa Vicens, en Gracia, para Manuel Vicens.
Por entonces entró en contacto con el conde de Güell, con quien mantuvo una relación casi de mecenazgo renacentista. Güell le encargó en primer lugar algunos pabellones para su finca de Pedralbes y el palacio de la calle Nou de la Rambla (1886-1891), donde Gaudí introdujo nuevos elementos constructivos como el arco parabólico. Luego se ocupó del colegio de las teresianas de la calle de Ganduxer y del palacio episcopal de Astorga, que no terminó a consecuencia de la muerte de su mentor, el obispo Juan Bautista Grau Vallespinós.
Bastan estas obras de la primera época para individualizar algunas de las constantes de la arquitectura gaudiniana, desde su peculiar recreación del gótico hasta su predilección por las formas curvas y dinámicas, la aplicación a la arquitectura de técnicas de decoración artesanas (vidrieras, hierro forjado, muebles diseñados por él mismo) y su singular empleo de los mosaicos de fragmentos de cerámica de vivos colores.
En 1891 abordó la fachada del Nacimiento de la Sagrada Familia, de cuyas cuatro torres sólo se había construido una a la muerte del arquitecto, la que dio la pauta para el bosque de torres en que debía convertirse el templo. Poco después de 1892, los Fernández y Andrés le encargaron una casa en León, conocida como Casa de los Botines, y por las mismas fechas realizó un proyecto de misión para Tánger que no se llevó a cabo. En lo sucesivo, sus principales encargos fueron inmuebles de pisos, como la casa Calvet, la casa Batlló y la casa Milà, más conocida como La Pedrera y culminación en cierto modo del genio de Gaudí por la singular concepción de su fachada ondulada de piedra y hierro forjado y por el conjunto de chimeneas helicoidales de la azotea.
Su mentor, Eusebio Güell, le confió dos encargos de gran envergadura: una colonia obrera en Santa Coloma de Cervelló, de la que sólo se completó la iglesia, sorprendentemente integrada en el paisaje, y una ciudad-jardín, que también quedó inconclusa y es en la actualidad un parque público (el parque Güell), que integra los distintos pabellones realizados por el arquitecto, así como un espacio columnado (que según el proyecto original debía destinarse al mercado) y la plaza, con un original banco corrido de azulejería.

En el año 1926, cuando murió atropellado por un tranvía, Gaudí era un arquitecto reconocido por sus coetáneos dentro y fuera de las fronteras españolas, pero su singular genio innovador y creativo no fue aceptado universalmente hasta bastantes décadas más tarde. En la actualidad, su figura es internacionalmente reconocida y su obra se cuenta entre las más admiradas de la arquitectura de todos los tiempos.


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